Esta teoría plantea que la conducta está guiada por la manera como se
piensa y se actúa frente a una situación; sin embargo, no deja de lado las
contingencias que ofrece el ambiente inmediato ante cualquier situación. En
palabras de Bandura (1977), la personalidad es la interacción entre cognición, aprendizaje y ambiente; de igual manera juegan un papel importante
las expectativas internas de los individuos, pues el ambiente influye en la
manera de comportarse y por tanto modifica las expectativas del individuo
ante otras situaciones respecto a su comportamiento, teniendo en cuenta
que las personas se ajustan a unos criterios o estándares de desempeño que
son únicos a la hora de calificar un comportamiento en diversas situaciones.
De acuerdo con el cumplimiento o no de las expectativas, se dice que las
personas que alcanzan grandes niveles de desempeño interno desarrollan
una actitud llamada autoeficacia (Bandura y Locke, 2003), entendida como
la capacidad de manejar las situaciones de manera adecuada para generar resultados deseados. Mientras que para Rotter (1954) esto puede ser utilizado como una habilidad cognitiva que influye en las personas de acuerdo
con el manejo de sus expectativas, como lo plantea Bandura, la conducta de las personas está orientada a metas,
pues los individuos se pueden regular a sí mismos; además tienen un grado
de libertad y capacidad de cambiar durante toda la vida.
Montaño S; Palacios C; Gantiva, (2009)Teorías de la personalidad. Un análisis histórico del concepto y su medición Psychologia. Avances de la disciplina, Universidad de San Buenaventura Bogotá, Colombia Recuperado de: https://www.redalyc.org/pdf/2972/297225531007.pdf

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